Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante.
En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario.
Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano.
La publicidad no es más que el ruido de un palo golpeando un caldero.
En general, los seres humanos quieren ser buenos, pero no demasiado buenos, y no todo el tiempo.
La esencia del ser humano es que no busca la perfección.
El nacionalismo es sed de poder mitigada con auto-engaño.
Todo nacionalista es capaz de incurrir en la deshonestidad más flagrante.
Si quieres una visión del futuro, imagina una bota estampándose en un rostro humano para siempre.