No dividí mi vida en días, sino mis días en vidas, cada día, cada hora, toda una vida.
Si te dan papel pautado, escribe por detrás.
Un estado permanente de transición es la condición más noble del hombre.
Mis únicas dos armas: tiempo y silencio.
El hombre urbano es un árbol desarraigado, puede sacar hojas, flores y producir fruta.
En la soledad no se encuentra más que lo que a la soledad se lleva.
Amor, eres eterno como la primavera.
Si los poemas te complacen más que mis labios, nunca te daré otro beso.
Quizás esta vida momentánea nuestra, es solo la luz que divide nuestro origen infinito de nuestro fin infinito.